Con
la tecnología actual, la producción de alimentos debería de ser cada día más
extensa, de mayor calidad, y a precio más reducido. Pero sin embargo, nada es
casual y existen algunas razones que impiden esta lógica: la implementación de
la Agenda 2030 por parte del actual establishment político.
Las
pretensiones de la Agenda 2030, con la excusa de mejorar el medio ambiente y
frenar el cambio climático, lo que hace es justo lo contrario: dejar
descuidados campos, montañas, y ríos que se desaprovechan para la producción
agrícola y ganadera, y además crean un peligro de incendio por dejar
descuidados estos parajes naturales que no se desbrozan, que no alimentan el
ganado, que no se aprovecha para labrar, que dejan perder el agua de los ríos
al no retenerla, y por tanto que si los campesinos y ganaderos no sacan
provecho, no lo van a cuidar, con lo cual el desastre medio ambiental puede ser
muchísimo peor. Aparte la destrucción de presas y pantanos, dejando que el agua
de los ríos procedente de la lluvia termine en el mar, y no se aproveche para
las necesidades de agua en la agricultura y ganadería, la industria, y el
consumo en las ciudades. Además, sin presas, tampoco pueden haber centrales
térmicas productoras de electricidad, ni agua para refrigerar las centrales
nucleares también tan necesarias para producir electricidad.
El
establishment de la Agenda 2030, quiere que desaparezca la agricultura y la
ganadería tal como la conocemos, y que se produzca alimentos a base de carne
sintética procesada en laboratorio y derivados de insectos de cultivo, con todo
lo perjudical para la salud que supone, y además es el gran negocio para las
elites económicas que hay detrás de la Agenda 2030, y que quiere monopolizar totalmente
la producción global de alimentos, aunque sean de procedencia artificial, y por
ende, menos sano.
Y al tiempo que ocurre esto, que se castiga a
la agricultura y ganadería españolas, a base de absurdas reglamentaciones y
normativas, existe un total libre mercado para importar alimentos de otros
países, que no cumplen las normativas que se exigen en España, y por tanto
pueden vender su producción de alimentos a precio más baratos, aunque sean de
peor calidad. Y claro, como hay tanta pobreza en España, casi todos compran lo
más barato que encuentran.
Los
alimentos que de verdad sean sanos y de calidad, esos solo serán para los
ricos, y a precios altísimos que el común de la gente al final ni se podrá
permitir.
Es algo de lo que hay que informarse, y
señalar a los políticos que no queremos comer mal, ni vivir mal, y que
convertir a los ciudadanos españoles en algo parecido al ganado que hay que
alimentar con una especie de basura de pienso, por ahí no se debe de seguir.
Por
esas razones, los alimentos tal como los conocemos, son cada día más caros y
más escasos, cuando con la tecnología actual, los agricultores y ganaderos
podrían competir entre sí, mejorando sus sistemas de producción, generando un
producto de mayor calidad, y al mismo tiempo más barato, accesible, y abundante
para todos. Pero esto es tema tabú, que lo tapa la censura, y la manipulación
propagandística de la Agenda 2030.
Y
no lo olvidemos: nadie cuida mejor el ambiente, como los agricultores y
ganaderos. Y de ellos dependemos todos para poder comer bien. No permitamos que
sean maltratados, ni que se apliquen políticas absurdas y represoras, que les
obligan a abandonar sus campos y cerrar sus explotaciones ganaderas.
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