La
organización político-armada palestina Hamás, ha iniciado un ataque por
sorpresa contra posiciones civiles israelíes causando miles de víctimas
inocentes, lo que ha llevado a Israel a hacer la guerra contra Hamás y sus
aliados.
El
conflicto palestino e israelí, hace ya varias décadas que dura, y no es algo
nuevo. Se trata de unas desavenencias entre los árabes y los judíos, por un
territorio que siglos atrás ya pertenecía a los judíos, y que los palestinos lo
consideran como propio por estar ya asentados allí.
No
obstante esta guerra va a derivar en dos bandos: la civilización y la barbarie.
Israel representa los derechos humanos, la democracia, la educación, la
libertad, la prosperidad, entre otros valores. La parte palestina, dominada por
Hamas, representa la dictadura teocrática, la represión, la intolerancia, la
falta de libertades. En consecuencia, dos causas distintas.
No
obstante, el presidente de El Salvador, Nayid Bukele, que es de origen palestino
dijo recientemente que "lo mejor que le podría pasar al pueblo palestino
es que Hamás desaparezca por completo”, calificando al grupo terrorista de
"bestias salvajes" que "no representan a los palestinos".
Por eso no habría que meter a todos los palestinos en el mismo saco, ni a todos
los musulmanes.
Es de esperar, pues, que esta guerra la gane
Israel, y se pueda aprender a tener un mundo con mayor justicia, paz,
tolerancia, y libertad, que es de lo que se trata.
Otro
tema es la enorme ignorancia, con el añadido de la censura, en lo de considerar
a los buenos o a los malos, los de un bando o del otro. Y es que en la guerra,
la bondad no existe y la maldad tiene toda su rienda suelta, al tanto que
mientras tanto el ruido de la guerra impide oír bien el sonido de las leyes y
de las ansias de paz y de justicia.
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