En
varios países de Europa y de la zona euro, por una imposición a plazo fijo, los
bancos ya están pagando entre un 3% y un 4%, y en algunos casos incluso algo
más. Pero en España seguimos en mínimos, con tipos de interés casi
prácticamente nulos.
¿A
qué se debe esto?, pues a que el gobierno de Pedro Sánchez ha implantado el
llamado “impuesto a la banca”, que mucha gente confunde como el impuesto a los
ricos, cuando en España los ricos son apenas cuatro gatos, de los que se
obtendría una recaudación irrelevante.
En realidad el impuesto a la banca, no es un
impuesto a los dueños de los bancos o a los banqueros, sino un impuesto a todo
ciudadano que tenga una cuenta corriente en un banco, que somos prácticamente
todos, ya que la vida actual impone que los pagos tengan que hacerse mediante
operación bancaria en casi todas nuestras necesidades y obligaciones básicas.
Por otra parte, a los gobernantes actuales les
ha interesado tipos de interés muy bajos o casi nulos, que les beneficia en la
financiación de sus deudas públicas que no paran de crecer, y porque creen que
así se estimula más a la economía, y al final no ha resultado ser así.
Históricamente
se ha demostrado que unos tipos de interés más razonables, digamos en torno al
12%, que era el tipo de interés fijo que impuso Cayo Julio César, y que también
era el tipo de interés que había en España cuando gobernó Felipe González, la
economía tenía unos comportamientos mucho mejores, en el sentido en que las
familias podían ahorrar viendo recompensados sus ahorros, y los tenedores o
necesitados de créditos tenían acceso al dinero, gracias al dinero que
depositaban los ahorradores en los bancos. Y además de este modo los bancos
tenían mayores márgenes de beneficios.
En la actualidad, con los tipos de interés tan
bajos, a los bancos no les quedan márgenes de beneficios, y estos tienen que
salir con aplicar altas comisiones a todas las operaciones bancarias, y en
reducir oficinas para evitarse gastos de personal y de las propias oficinas,
recomendando el uso de internet con los que apenas no les supone gastos de más.
Y
en esto está una de las razones por las que los servicios bancarios son tan
caros, incluyendo el solo hecho de disponer de una cuenta corriente, y también
por lo que ya no ofrezcan servicios presénciales. Esto tiene que dar lugar a la
reflexión, y plantearse si volver a unos tipos de interés mucho más altos, de alrededor
de un 12%, sería beneficioso tanto para los ahorradores, como para la economía
en general.
Por
otra parte, la alta inflación que soportamos, tiene su causa en que se aplican
medidas políticas equivocadas que encarecen y al mismo tiempo entorpecen el
conjunto de la economía, como es el caso de la Agenda 2030. Pero esto ya es
otro tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario