El
“Muy Honorable” Presidente de la Generalitat en el exilio Carles Puigdemont ha
propuesto una serie de peticiones como condición para apoyar la investidura de
Pedro Sánchez ( si es que la primera de Núñez Feijóo fracasa).
Pide básicamente: amnistía, referéndum e
independencia, condonación de la deuda de la Generalitat por 70.000 millones de
euros, y cesión de más de 20.000 millones de euros en concepto déficit fiscal,
amen de prácticamente todas las competencias para Cataluña ( como si fuera ya
casi un país independiente aparte).
Pide
cosas de dudosa constitucionalidad y de encaje ilegal, que sabe que ni lo puede
pedir, ni será posible que se convierta en realidad operativa. Pero se supone
que tiene que hacer la comedia para interpretar un papel con el que quedar bien
y tener entretenida a toda la fauna de separatistas que hay en Cataluña.
Mientras tanto, el misterioso de Pedro
Sánchez, que debería de dar respuesta pública a esas peticiones de Carles
Puigdemont, mantiene una actitud de silencio que indirectamente otorga, ya que
lo único que le interesa es conservar el poder el máximo de tiempo posible.
La
incertidumbre política es de tal magnitud, que nadie sabe cómo terminará, y en
todo caso puede ocurrir cualquier cosa.
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