Pedro Sánchez en su pretensión de imponer el relato que la interesa a la Agenda 2030, va a imponer una brutal censura y atropello a la libertad de expresión con sanciones de dejar totalmente arruinado a quien no se acople a los mensajes y a la propaganda que a él le interesa.
Se excusará con la palabra “delito de odio”, maquinaria del fango, bulo, desinformación, para acusar a todo aquello que no sea de su gusto, y así violentando al máximo el derecho constitucional a la libertad de expresión. Cada cual tiene sus sentimientos y sus emociones, y nadie es nadie como para calificar a una tercera persona que comete “delito de odio”, como tampoco lo sería “delito de amor”, “delito de asco”, o “delito de vergüenza”, en cualquiera de las variantes de emociones.
Hubo otras épocas en que se hablaba y se criticaba de lo que se quería, y nadie temía por ello. Y esto en los tiempos actuales parece olvidado, de modo que ya todo el mundo desconfía de la información que detrás esté la mano del gobierno y de los partidos que apoyan esta censura camuflada.
No nos dejemos engañar, ni permitamos que nos quiten la libertad de expresión y de pensamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario