Pedro Sánchez ha ido a
Brasil, en la cumbre del 20G, o sea los veinte países más ricos del mundo, y se
ha comprometido con 400 millones de euros de los españoles para entregarlos al
Banco Mundial, con el supuesto propósito de combatir la pobreza y el hambre.
Que esto, desde luego, será como la Cruz Roja, en la que más del 95% del dinero
con la que la financia el gobierno va integralmente para sueldos de todos los
enchufados que tienen allí. O sea, dinero para que se lucren los enchufados del
banco mundial y las demás entidades de la ONU que se supone que están para esas
cosas.
Y esto ocurre cuando en la
zona de Valencia a causa de las inundaciones miles de personas han caído en desgracia,
y es dudoso que les lleguen las ayudas prometidas porque Pedro Sánchez todavía
no tiene aprobados los presupuestos generales del Estado, que según la
Constitución ya deberían de estar redactados antes de los tres últimos meses
del año, y si no es así, se prorrogan los que ya están vigentes en el presente
año, aunque igual sean prorrogados del año anterior o años anteriores si no se
llegan a aprobar en los correspondientes años. Con la inmensa burocracia que
tenemos en España, estas ayudas tardarán en llegar, no llegarán, y en todo caso
buena parte de ellas quedarán en el camino y muchos se van a lucrar con ello.
Sin presupuestos, igual pueden tirar de deuda pública, que ya es inmensa, y que
cada vez nos empobrece más al conjunto de los españoles.
400 millones son como si
100.000 personas entregaran cada una 4000 euros, que esto es el sueldo de más
de la mitad de un año de un trabajador normal, sin haber gastado ni un céntimo,
y con lo difícil que es llegar a fin de mes a cada vez más gente.
Tal cómo está la situación en
Valencia, no me parece correcto regalar 400 millones de los españoles a
organismos que solo sirven para que se lucre la burocracia, porque para el
hambre, ya lo está provocando Pedro Sánchez con impedir a agricultores y
ganaderos poder cultivar en libertad y sin imposiciones burocráticas, aparte de
provocar inflación que sube brutalmente el precio de los alimentos. Y además
hace políticas en las cuales cada vez hay más pobreza en España, con más
regulaciones y más impuestos, aparte de provocar mayor inflación.
En la declaración de la renta
tendría que haber un desglose claro entre lo aportado en impuestos, y lo que se
recibe del Estado, en su coste en sanidad, educación, infraestructuras,
seguridad, servicios sociales, funcionarios públicos, subvenciones a todo tipo
de organismos, sueldos de políticos, etc…
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