Estos días tan señalados de
las tradiciones navideñas, son muchos los que influidos por aquello de la
“corrección política” y del lenguaje inclusivo, suelen decir “felices fiestas”
en vez de “feliz Navidad”, hasta tal punto que el académico Arturo Pérez
Reverte ha calificado de propio de gilipollas esta absurda actitud.
La Navidad es una celebración
cristiana que conmemora el nacimiento de Jesús, el Niño Dios, quien según la fe
vino al mundo para redimirnos del pecado. Es un momento para el reencuentro
familiar, para avivar la ilusión de los niños con la representación de la
Natividad a través de pesebres y árboles de Navidad, y para disfrutar de la
magia de los regalos que trae Papá Noel.
Sin embargo, algunos políticos
muestran una hostilidad velada hacia la tradición navideña al excluir la
palabra "Navidad" de su discurso, prefiriendo el más genérico
"felices fiestas". Esta preferencia suele ser más evidente en función
de las tendencias políticas: los de derecha y el Rey de España suelen decir
"Feliz Navidad", mientras que los de izquierda tienden a optar por
"felices fiestas".
Este es el tiempo de los
encuentros familiares, de cantar villancicos, y para muchos, el mejor
villancico es "El Tamborilero", cantado por el genial artista
Raphael. Os lo dejo en la parte final.
Es importante recordar que la
Navidad no es solo una fecha en el calendario, sino una celebración cultural y
espiritual que merece ser reconocida por su nombre. No se trata de excluir,
sino de celebrar nuestra herencia y tradiciones con orgullo y sin vergüenza.
¡Feliz Navidad a todos!.
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