Ayer
el Rey Felipe VI propuso a Pedro Sánchez para la investidura de la cual ha de
salir el próximo presidente del gobierno.
Pero
no es ningún secreto las pretensiones que tiene Pedro Sánchez, que no son nada
a favor de España ni para el bienestar de los españoles.
La Constitución faculta al Rey en su condición
de Jefe del Estado en proponer o no proponer a un candidato para la presidencia
del gobierno. Si cuenta con suficientes apoyos, es lógico y legítimo
proponerle; pero si hay varias razones fundamentales e insuficientes apoyos
asegurados, igual el Jefe del Estado puede no proponer candidato, y de esta
forma dar paso a nuevas elecciones para que se pronuncie de nuevo el pueblo
español.
Con
su actitud desfavorable contra la nación española y los ciudadanos españoles,
el Rey ha indicado que se desatiende totalmente de los políticos, dejando que
se peleen entre sí, rompiendo y desangrando a España, dejando a buena parte de
los españoles en la ruina, la injusticia, y la falta de libertades.
Ha
elegido ser un miembro más de la todopoderosa élite en la sombra, prefiriendo
vivir muy bien dentro de su burbuja de cristal, y de vez en cuando aplicarse en
su teatro de ejercer de Rey.
Es
una verdadera lástima, porque demostrando que al final no nos sirve para nada,
sería mucho mejor una República, aunque fuera mucho más costosa e inestable,
que no un Rey inútil, cobarde, vividor, y traicionero a su propio pueblo, y al
que además se le tendría que mantener de por vida con todos esos privilegios de
los que ya dispone.
Como
ciudadano español, muy decepcionado me siento con el Rey.
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