Las
causas de las guerras pueden variar, pero suelen incluir conflictos
territoriales, luchas por el poder, diferencias ideológicas, disputas étnicas o
religiosas, recursos naturales y rivalidades entre naciones. Estos conflictos
armados pueden resultar en pérdidas de vidas civiles, desplazamientos masivos y
violaciones de los derechos humanos.
El
caso este Hamás ( organización política y armada palestina, que algunos países
la clasifican como terrorista), es por razones de disputas territoriales,
ideológicas, y religiosas, y lo que defienden es un Estado Islámico con una
dictadura teocrática, buscando la eliminación total del Estado Israelí.
Mientras que Israel queda afectado en estas disputas territoriales, y además
defiende un Estado Democrático de Derecho, donde queden amparados las
libertades, la propiedad, la vida, y los derechos humanos. Es pues, en resumen,
una lucha de la barbarie contra la civilización, o dicho de otra forma: de la
intolerancia contra la tolerancia.
Es de desear que gane la guerra el bando de la
libertad, y la pierda el bando del horror. Y que luego se pueda negociar y
llegar a unos acuerdos de paz, donde la prosperidad y la convivencia pacífica
pueda alcanzar para todos. Esto solo será posible de alcanzar cuando los
niveles de educación entre la población sean lo suficientemente altos, y quede erradicada
la intolerancia con todo lo que tiene de represiva.
Y
lo peor de todo es que lamentablemente sigue existiendo muchísima gente
ignorante y desinformada, que apoya al bando contrario, y que podría volverse
contra sí mismo.
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