Mientras
en España está silenciado, la prensa y las televisiones del extranjero están
hablando de la infidelidad de la reina Doña Leticia con un tal Jaime del Burgo,
un antiguo amante suyo.
Puede
que se trate de una maniobra de desprestigio contra la Corona para poner más
fácil la posibilidad de una República en España, por parte de partidos de
izquierda y separatistas.
Otros piensan que se trata de una venganza
contra Felipe VI por haber propuesto a Pedro Sánchez como candidato a la
investidura por la presidencia del gobierno, aliándose con separatistas que
buscan la ruptura de la nación española.
Por otro lado, aunque el Rey Emérito Don Juan
Carlos I desea que su hijo Felipe VI se divorcie, tanto la Reina Madre Doña
Sofía como la madre de la reina consorte ( la señora Paloma Rocasolano), piden
a Felipe VI que no se divorcie por el daño de imagen que supondría para la
Monarquía y por lo doloroso que podría ser para las hijas.
No
obstante son muchos los que acusan a Doña Leticia de republicana y
políticamente de izquierdas, pues en sus actos y discursos transmite muchos
mensajes favorables a la Agenda 2030, por lo que casi ejerce funciones de
portavoz gubernamental de Pedro Sánchez. Y por esta razón no debería de ser
Reina de España, por no ser neutral y por meter presión ideológica en la
persona de Felipe VI, y en consecuencia, son partidarios del divorcio de Sus
Majestades, al igual que también lo está deseando Don Juan Carlos I, el padre
del actual Rey de España.
Nada
fuera de lo común en cosas de cualquier índole como ocurre con el resto de los
matrimonios españoles que acaban en separaciones o divorcios.
Queda,
pues, esperar que se pronuncien al respecto los propios Reyes de España, que de
momento mantienen riguroso silencio ante lo que es un secreto a voces o solo
son supuestos rumores infundados.
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