A
propósito de la ley de amnistía que pide Carles Puigdemont a Pedro Sánchez, a
cambio de su apoyo para la investidura, hemos tenido una semana de esperpento.
Con motivo de la jurar la Constitución por
parte de la Princesa de Asturias Leonor de Borbón, su padre el Rey Felipe VI en
su discurso ya lanzó la indirecta de que nada puede hacerse fuera de la
Constitución.
La mayoría de los jueces del Consejo General
del Poder Judicial han pedido un plenario, ya que consideran inconstitucional una
ley de amnistía, y luego una asociación profesional de magistrados se ha
pronunciado en el mismo sentido. Amén de que asociaciones de Guardias Civiles,
sindicatos de policia, y todo tipo de entidades estiman que una ley de amnistía
es inconstitucional.
Mientras
tanto Pedro Sánchez subasta España mandando a sus emisarios para negociar el
apoyo a su investidura. Le ha concedido 15.000 millones de euros a ERC para
condonar la deuda de la Generalitat catalana con el Fondo de Liquidez
Autonómica. Luego esto puede hacer que los demás socios que busca para que lo
apoyen, como el PNV y Bildu, también hagan sustanciosas peticiones económicas.
Y todo esto se tendrá que pagar a costa de más impuestos contra los ciudadanos
españoles.
Por
otra parte, en lo político Pepa Millán, la portavoz de VOX ha propuesto al
Senado un cambio de reglamento para que las preposiciones o proyectos de ley
antes de tramitarse tengan que ser consultados al Consejo General del Poder
Judicial, o al Consejo de Estado, para que hagan un dictamen indicando si puede
ser inconstitucional este tipo de ley. Es otra manera de impedir que salga
adelante esta ley de amnistía. Pero el PP que tiene la mayoría absoluta en el
Senado no se pronuncia, pese a estar en contra de esta ley de amnistía. El telón
de fondo es que tanto el PSOE y sus posibles socios políticos, como el PP,
ambos son Agenda 2030, y en consecuencia tienen unos intereses comunes.
También
hubo una manifestación ciudadana en la sede del PSOE de Madrid, contra Pedro
Sánchez, y el dispositivo policial que mandó el Ministro Marlaska ha sido
exagerado. Lo cual indica el alto grado de crispación y enfrentamiento que hay
en la sociedad española, a causa de los recientes acontecimientos políticos con
tantos dispares choques de intereses.
Faltan
pocos días para el debate de investidura, y promete ser muy movido, es decir,
cualquier cosa, menos aburrido.
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