REGULACIÓN DE LAS MANIFESTACIONES

 

Durante la primera etapa de ese período histórico que llamaron “Transición”, se convocaban muchas manifestaciones y huelgas por toda España.

 Ahora la gente se ha dado cuenta de que no sirven de nada, con lo cual cada vez han ido más de capa caída.

Últimamente con las contradicciones políticas, empiezan a resurgir, pero se siguen llevando muy mal causando agravios y atropellos contra los derechos y libertades de los ciudadanos, en el sentido de que cortan calles y carreteras impidiendo la circulación, destrozan mobiliario urbano, queman contenedores y coches, rompen y saquean comercios y locales, lesionan a los agentes del orden tirándoles objetos peligrosos, etc…, y todo esto debería de ser castigado severamente, aunque los políticos suelen mirar hacia otro lado, ya que la propia ley reconoce el derecho a la manifestación y a la huelga. Y es que por otro lado, todos los destrozos urbanos o públicos, al final los tienen que pagar los contribuyentes; y aparte los ciudadanos afectados acaban pagando los daños y perjuicios causados por las manifestaciones o huelgas, de las que son ajenas, aparte de soportar el quebrando y violación de sus derechos y libertades ciudadanas reconocidas por la Constitución.

 Se podría regular en el sentido de que se pida permiso al ente público para una manifestación y que se celebre en un espacio público donde no se moleste al resto de los ciudadanos, como podría ser un campo de fútbol, un descampado, o en la playa, por citar algunos ejemplos. Y así no se impide la circulación de otros ciudadanos tanto a pie como con sus vehículos, y tampoco se destrozan mobiliario urbano, edificaciones adyacentes, o se queman contenedores o vehículos aparcados en el lugar.

 Y lo mismo decir de las huelgas: quienes corten calles, carreteras, o impidan a los demás su derecho a acudir a su puesto de trabajo, deberían de ser severamente castigados.

 Pero como tenemos unos políticos irresponsables, no se preocupan de hacer unas leyes de sentido común que regulen las manifestaciones y las huelgas, dejando que sigan ejerciendo todo lo destructivo que comportan para hacerse notar.

 Por otro lado, seríamos una democracia mejor, si cada vez que tenemos elecciones, se aprovechara también para votar ciertas cuestiones de las decisiones políticas que nos afectan mucho a los ciudadanos.