Un
día ya lejano me fui a Andorra, en un lugar de aguas termales que se llama
Caldea, y resulta que me di un gustazo de los buenos y me metí en un jacuzzi.
¿Sabes lo que es? Es una bañera que parece una fiesta, porque tiene agua
calentita y burbujas que te hacen cosquillas. Es como si te dieras un masaje
con un montón de sopladores de aire. Te quedas tan relajado que parece que
estás flotando en una nube. Y encima, dicen que es bueno para la salud, porque
te ayuda a dormir mejor, a tener menos dolores y a estar más feliz. Vamos, que
es una maravilla. Te lo recomiendo, si tienes la oportunidad, no te lo pierdas.
Es una experiencia que te deja como nuevo. Y como la vida son cuatro días, vale
la pena vivirlo.
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