El ministro Pablo Bustinduy ha escrito una carta a las empresas españolas en Israel, exigiéndoles una serie de cosas que resulten favorables a los palestinos gobernados por HAMAS y perjudiciales a Israel, de lo que naturalmente se ha indignado el gobierno israelí y las empresas españolas se han visto perjudicadas en su libertad empresarial.
Esto no solo perjudica la libertad de las empresas, así como su competitividad, que aparte solo están para hacer negocios y ganar dinero, sino que también perjudica a la propia España dando una mala imagen para los países afectados por las acciones del gobierno español.
En los conflictos internacionales, a menos que afecten directamente a España, lo sensato es permanecer neutrales, y estar en buenas relaciones con todos, sin importar sus regímenes políticos o religiosos, para poder beneficiarse mutualmente de los intercambios comerciales y económicos. No es razonable meterse en lo que no le incumbe a un país.
Y por otra parte, el gobierno ya tiene bastantes graves problemas domésticos que resolver del propio país, como para ir empeorando aún más las cosas en meterse con asuntos de países ajenos.
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