domingo, 11 de agosto de 2024

MINISTRA, MÉDICO Y MADRE COMUNISTA PROHIBE LA PUBLICIDAD EN LOS BARES

 


La ministra de Sanidad del gobierno social-comunista  de Pedro Sánchez, Mónica García, conocida como la “médico y madre”, ha propuesto una controvertida medida: la prohibición de la publicidad de bebidas alcohólicas en bares y restaurantes. Según su argumento, esta iniciativa busca proteger a los menores de la exposición a la publicidad de alcohol. Esta medida va resultar dañosa para la hostelería, los fabricantes que proveen, y los consumidores.

 

Es innegable que el socialismo es dictadura, y que cada vez atenta más contra las libertades individuales, metiéndose con empresas y particulares, indicando cada vez más lo que pueden y no pueden hacer, creando una gran inseguridad jurídica porque no se sabe cuál va a ser la próxima prohibición o imposición futura, y con todo el daño que supone en pérdida de puestos de trabajo y en rebaja de la calidad de vida de los ciudadanos que cada vez soportan menos libertades por las imposiciones de esos gobierno de tinte claramente autoritario.

 

Quieren prohibir la publicidad de determinadas bebidas en las sillas, mesas, sombrillas, tenderetes, etc…., con todo el daño económico que puede causar para el dueño del establecimiento hostelero y la empresa fabricante y proveedora de bebidas y alimentos que habitualmente se sirven en bares, restaurantes y demás lugares del sector de la hostelería.

 

La propuesta de Mónica García no es un caso aislado. Hace un tiempo se comenzó con la prohibición de fumar en espacios públicos, y ahora se plantea la restricción de la publicidad de bebidas alcohólicas. Este tipo de medidas no solo afecta a los propietarios de bares y restaurantes, sino también a las empresas fabricantes y proveedoras de bebidas. La eliminación de la publicidad en sillas, mesas y sombrillas podría tener un impacto económico devastador en un sector que ya enfrenta numerosos desafíos, y que fue muy maltratado con el tema de la pandemia y los confinamientos inconstitucionales ( y por tanto ilegales) que llevaron a muchos hosteleros a la ruina sin ninguna compensación a cambio.

 

La justificación de la ministra se centra en la protección de los menores, pero es importante considerar que la problemática del consumo de alcohol entre jóvenes no se resolverá únicamente con prohibiciones. La existencia de botellones y el consumo de alcohol en la calle son síntomas de una falta de recursos y de alternativas adecuadas para los jóvenes. En lugar de imponer restricciones, sería más efectivo educar a los menores sobre el consumo responsable de alcohol y la importancia de una alimentación saludable. Este tipo de educación podría integrarse en el currículo escolar, proporcionando a los jóvenes las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas.

 

Además, es crucial abordar el contexto cultural en el que se sitúa esta propuesta. Las políticas gubernamentales de la Agenda 2030 entre las cuales, por el reemplazo de la población española por población diversa en su inmensa mayoría procedente de África y de religión musulmana, que hace que este tipo de gente tiene la prohibición de beber bebidas alcohólicas y comer alimentos derivados del cerdo como jamones, chorizos, salchichones, etc…. que lo impone su propia cultura y que no es compatible con la cultura y las tradiciones propiamente españolas.

 

 Además el tema de las bebidas alcohólicas, que tomadas con moderación, incluso puede ser saludable, así como el tema de los alimentos insanos ( procesados industriales), es algo que podría enseñarse en las escuelas, aprovechando el período de enseñanza obligatoria para los menores. Y así podrían tener formación sobre el tema, y no imponer prohibiciones que pueden ser económicamente muy dañosas para empresas y particulares, y que además limitan las libertades y la calidad de vida, con la excusa de “proteger a los menores”, y que en el fondo no es otra cosa que imponernos un régimen cada vez más autoritario y dictatorial. Además siendo un país que depende mucho del turismo, no se puede seguir maltratando constantemente al sector de la hostelería.

 

Y para comparar, mientras la ministra comunista Mónica García se enfoca en prohibiciones, es alarmante que no se priorice la financiación de tratamientos médicos esenciales, como los medicamentos contra el cáncer, que son accesibles en otros países europeos. Además, la regularización de más de 500,000 inmigrantes ilegales podría colapsar el sistema de salud pública, afectando la calidad de atención que reciben todos los ciudadanos ( y esto es un problema que sí que no tiene ninguna voluntad de solucionar la ministra comunista, más preocupada en meterse con las empresas y los consumidores que además con ese maltrato va a haber menos recaudación fiscal).

 

En conclusión, la propuesta de prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas es un reflejo de un enfoque autoritario por parte del gobierno Sánchez que amenaza las libertades individuales y buena parte de la estabilidad económica de nuestro país que vive del turismo. Es fundamental que los ciudadanos  españoles se mantengan informados y activos en la defensa de sus derechos, rechazando medidas que, bajo la excusa de proteger a los menores, en realidad buscan imponer un régimen cada vez más restrictivo. La lucha por una sociedad justa, libre y próspera es una responsabilidad compartida que no debemos permitir que se erosione.


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