El pasado fin de semana, la
eurodiputada de la formación comunista PODEMOS, Irene Montero, presentó en la
taberna Garibaldi de su marido Pablo Iglesias ( ex vicepresidente del gobierno
Sánchez) el libro “Algo habremos hecho”.
El evento estuvo envuelto de
polémica porque quería asistir el dueño de la empresa Desokupa Dani Esteve,
para que Irene Montero le firmara el libro ( acompañado de unos 200 de sus
seguidores), y porque expulsaron a los periodistas Vito Quiles y Bertrand
Ndongo, esos tres personajes que los consideran fascistas y nazis, y los
partidarios de Irene Montero no consintieron que “pasaran” auxiliados de la
policía sectaria de Marlaska, que los hecho de allí, impidiendo su asistencia y
que cubrieran la noticia.
No he leído el libro, pero
evidentemente sé que algo habrá hecho Irene Montero: la nefasta ley del sí es
solo si, favorecer en derechos a homosexuales y lesbianas así como transexuales
y demás géneros binarios de complicada definición. El tema del llamado lenguaje
inclusivo que tanto cuestionan su inutilidad los académicos de la Real Academia
de la Lengua, en llamar por ejemplo: todos, todas, y todes; niños, niñas, y
niñes; putos, putas, y putes; periodistas, periodistos, y periodistes;
etc… Favorecer el aborto entre
adolescentes si el consentimiento paterno. Reconocer que los niños pueden tener
relaciones sexuales con quien deseen. Llevar educación sexual que más bien
parece pornográfica en escuelas y talleres infantiles o de adolescentes. Soltar
miles de violadores. Gastar un presupuesto de 20.000 millones de euros en un
plan estratégico del gobierno, que no ha servido para nada en mejorar las
condiciones de las mujeres, sino todo lo contrario, y reprimiendo más los
derechos y libertades de los hombres. Etc…, etc…
Sin embargo, también se
tendría que hablar de las cosas que no habrá hecho. Cuestionar la opresión que
sufren las mujeres musulmanas, o no meter okupas o inmigrantes ilegales en su
casa para dar ejemplo de acogida, ya que tiene un chalet de lujo en Galapagar,
un pueblo de las afueras de Madrid donde residen básicamente gente de clase
bastante acomodada, cuando se supone que tendría que representar a gentes de
izquierdas, pobres obreros y gente modesta con muy escasos recursos económicos.
Aparte de esto, lo que ha
hecho es conseguir una buena poltrona en el parlamento europeo desde el cual
percibe como mínimo medio millón de euros de los impuestos, dejando aparte
otros beneficios y prebendas.
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