sábado, 22 de marzo de 2025

MULTAS DE 3000 EUROS POR NO REGISTRAR LAS GALLINAS DEL CORRAL DE TU CASA


Desde el 1 de enero de 2024, el Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en marcha una norma que parece sacada de una distopía: si tienes gallinas en casa para tu propio consumo y no las registras en el Registro General de Explotaciones Ganaderas, te pueden clavar una multa de hasta 3000 euros. Sí, has leído bien. El Real Decreto 637/2021, aprobado en 2021, exige además un veterinario de referencia, como si una familia rural con cuatro gallinas fuera una granja industrial. Pero no nos engañemos: esto no es nuevo. Alberto Núñez Feijóo, cuando mandaba en Galicia, ya sentó las bases de este control obsesivo, con decenas de miles de gallineros registrados bajo su gestión. ¿Casualidad? No lo parece.

 

Criar gallinas en el corral ha sido durante siglos una práctica de supervivencia y orgullo en los pueblos de España. Familias humildes, especialmente en el ámbito rural, han dependido de esos huevos frescos para comer sin tener que rendir cuentas a nadie. Ahora, el Estado ha decidido que eso se acabó. Con la excusa de la sanidad animal —controlar brotes como la gripe aviar—, nos venden que registrar tres gallinas en el patio trasero es una necesidad vital. Pero, seamos serios: ¿quién en su sano juicio va a cuidar mal a los animales de los que depende para alimentarse?.  Esto no es protección, es extorsión. Mientras las grandes industrias contaminan y esquivan impuestos, el peso cae sobre el más débil.

 

Detrás de este disparate está la sombra de la Agenda 2030, ese plan global que nos quieren colar como “salvación del planeta”. Reducir la huella de carbono, combatir el cambio climático, bla, bla, bla. ¿Y cuál es su gran idea?.  Prohibirnos criar gallinas, limitar el consumo de carne —un alimento esencial y saludable— y empujarnos a comer insectos, que nos pintan como “sostenibles” mientras nos dan arcadas. No es una teoría conspiranoica: es un patrón. Controlar lo que comemos, cómo vivimos y hasta cómo sobrevivimos. La multa de 3000 euros no es un error burocrático, es un paso más para arrancarnos la soberanía alimentaria y entregársela a las élites.

 

La indignación contra Sánchez es palpable, y con razón. Esta ley lleva su firma. Pero ojo con Feijóo, el supuesto salvador del PP. En Galicia, bajo su mando, se registraron 40.700 explotaciones de gallinas hasta 2024, según La Voz de Galicia. Y no olvidemos su historial: multas de hasta 600.000 euros por no vacunarse contra el COVID (frenadas por el Constitucional) y planes para sacar de circulación coches de más de 10 años. ¿Diferente a Sánchez?.  Más bien un clon con otra corbata. Ambos parecen competir por ver quién aprieta más las tuercas al ciudadano de a pie mientras recitan el evangelio de la Agenda 2030.

 

¿Y quién paga el pato?. Los de siempre: las familias rurales, los jubilados con pensiones de miseria, los que no tienen ni para el recibo de la luz. Una multa de 3000 euros es una ruina para quien vive de lo que produce su corral. Con los huevos por las nubes en el súper, tener gallinas no es un lujo, es una necesidad. Pero el Estado prefiere multarte a ayudarte. Esto no es sanidad, es un robo descarado disfrazado de bien común.

 

Si queremos parar esta locura, hay que actuar con los pies en la tierra. Votar a PP o PSOE es firmar el mismo cheque en blanco: más control, más multas, menos libertad. Feijóo y Sánchez son peones de un tablero donde el pueblo siempre pierde. La Agenda 2030 no es progreso, es una trampa para despojarnos de lo poco que nos queda. Hay que decir basta, apoyar alternativas que defiendan la autonomía del ciudadano y mandar al carajo a estos gobernantes que, lejos de servirnos, nos tratan como ganado. Porque si algo está claro, es que aquí los únicos terroristas son los que nos saquean a golpe de decreto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL PLAN NACIONAL DEL AGUA DE NÚÑEZ FEIJÓO, UNA TOMADURA DE PELO

El pasado 25 de marzo de 2025, el puente romano de Talavera de la Reina, en Toledo, se vino abajo por la crecida del río Tajo. Y allí, como ...