Ayer
hubo un debate que terminó con la admisión a trámite de la ley de amnistía.
Ahora el siguiente paso será añadir enmiendas, aprobarla, pasarla al Senado (
que seguramente la vetará), y devolverla al Congreso para su aprobación final.
Mientras todo esto ocurre, pueden pasar meses.
Preveo que será un auténtico teatro, entre
otras cosas porque la ley de amnistía, y las demás peticiones que vienen a
continuación como un referéndum de independencia para los territorios de España
que lo soliciten, o condonación de deudas de las comunidades autónomas, son
claramente inconstitucionales. Lo cual va a suscitar muchas controversias.
Como
que lo inconstitucional es indefendible, no se dignó a estar en este debate de
ayer ni el propio Pedro Sánchez, ni miembros de su gobierno, dejando el asunto
en manos de los portavoces. La oposición aprovechó descargar toda su artillería
con el argumento de la inconstitucionalidad.
Luego
como que seguramente si al final se aprueba por los pelos, será recurrida al
Tribunal Constitucional, que por desgracia está compuesto en su mayoría por
magistrados colocados por Pedro Sánchez, lo que le quita tanto imparcialidad
como neutralidad, y con lo cual está en duda el principio de separación de
poderes. Mientras tanto la tragedia nacional continúa.
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