Si
Pedro Sánchez sale investido presidente los próximos días, se pasará por una
etapa de esperpento agravado, en el cual el procedimiento de sacar adelante
esta ley de amnistía seguirá sus tiempos.
Pero
al final, pese a la mayoría parlamentaria actual, copada por diversos partidos
separatistas periféricos que se aprovecharán al máximo de la situación, y aún
suponiendo que el Tribunal Constitucional dictaminará que esta ley de amnistía
fuera constitucional, al final tendrá que pasar por la firma del Rey para
validar dicha ley.
Y si el Rey, que es el Jefe del Estado, en su
condición de garante de la Constitución, unidad, y permanencia de la nación
española, entiende que esta ley no es constitucional, entonces no la firmará. Y
ninguna ley tiene validez en España si no viene acompañada de la rubrica del
Rey.
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