En los años 30 del siglo pasado hubo en España una terrible Guerra Civil de españoles contra españoles, por causas muy complejas y dispares.
Allí llegó a experimentarse las distintas tácticas que luego se emplearían en la Segunda Guerra Mundial por parte de los distintos países beligerantes.
Una de esas tácticas fue la del general Enrique Líster, empleada en la Batalla del Ebro, la más cruenta de la Guerra Civil. Para mantener las posiciones a cualquier precio, el general comunista Enrique Lister dio la orden de que los que estén detrás o en la retaguardia disparen contra los propios soldados que se retiren o deserten.
Esta táctica fue empleada en la batalla de Stalingrado de los rusos contra los invasores alemanes, en la que se puede apreciar una muestra de ello en la parte final de ese vídeo.
Están los generales que se imponen a sus soldados mediante el terror sin ninguna otra posible alternativa, y los que consideran sagradas las vidas de sus soldados y en consecuencia se deben de hacer las estrategias de lucha de la forma que suponga el mínimo posible de bajas o pérdidas de vidas entre el propio ejército que se comanda. Algo para reflexionar.
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