Ha llegado una desgracia en la zona del levante español,
en especial la parte valenciana. Se ha visto por la televisión y han circulado
por las redes imágenes que son testimonios de esta tragedia y ese desastre:
aguas arrasando calles y con esto coches aparcados, viviendas inundadas,
puentes a punto de derrumbarse por la fuerza del agua, carreteras cortadas,
rescate de personas que quedaban atrapadas, etc…, todo un desastre y una
tragedia.
Lo que más me ha impactado es ver una residencia de
ancianos, algunos sentados en silla de ruedas, y que el agua les llegaba hasta
la altura del vientre, allí dejados a su suerte, impotentes que no podían hacer
nada, y con el frío que debían de soportar del agua enlodada, el miedo, la angustia,
y los problemas de salud que tienen para soportar una situación así. Unas
imágenes muy crudas y crueles.
Claro, cuando ocurren desgracias, siempre he dicho que hay
que ver el más y el menos que se tiene, los que tienen más suerte y los que
tienen menos suerte, para entender en qué situación se encuentra uno metido.
Han sido unas inundaciones en la que mucha gente han perdido la vivienda, el
negocio, el trabajo, y en consecuencia se han arruinado miles de personas y han
quedado en la desesperación. Lo peor es haber perdido la vida, de las cuales
mucha gente así ha quedado. Ha sido una inundación que ha provocado un desastre
inesperado, y se ha cobrado sus víctimas.
Pero hay cosas peores: la guerra, como se está sufriendo
en Gaza o en Ucrania. O que se soltara una bomba nuclear.
De una inundación, lo más importante es salvar la vida, y
luego volver a rehacerla, partiendo otra vez desde cero, por muy desesperado y
marcado que se quede uno. No sé cómo se debe de sentir arrastrado por una
corriente de agua embarrada, pero saber nadar es importante.
De estas catástrofes, cuando se viven en carne propia y se
logra sobrevivir, se aprende. Si se tiene bastante dinero ahorrado, se vuelve a
limpiar y reparar la casa, comprar nuevo mobiliario, electrodomésticos, y un
coche,….cosa que hace reactivar la economía y crea puestos de trabajo
dinamizando los negocios. Si no se tiene dinero, uno se ve en la ruina, y muy
mal. Por esto es muy importante saber ahorrar para prevenir situaciones
desgraciadas que puedan surgir.
Ahora ha salido Pedro Sánchez y dice que, consciente de
que tras los daños materiales hay décadas de esfuerzo de los ciudadanos
afectados, va a poner los recursos del Estado y de la Unión Europea para
ayudarles. Una bonita promesa de la cual antes hay que preguntarse por otros
desastres que ocurrieron, como el terremoto de Lorca, el ciclon Filomena, el
volcán de Las Palmas, etc…, que las ayudas llegaron tarde ( e incluso en
algunos casos ni llegaron), además de mal y en menos de lo que se esperaba. Por
ejemplo, a los damnificados por el volcán de Las Palmas, y se quedaron sin
vivienda, les pusieron unos contenedores a modo de vivienda, pero esto no es
una manera digna de proporcionar alojamiento, porque cuando hace calor es como
si fuera un horno, y cuando hace frío, se siente mucho más. La contradicción es
que a esa gente no les llegó las ayudas de una manera justa y en condiciones
dignas, pero si han puesto cientos de miles de millones para trasladar
inmigrantes ilegales, en barcos de salvamento marítimo, en aviones y autobuses
fletados, para alojarlos en hoteles de cuatro o cinco estrellas a pensión
completa, proporcionándoles buena ropa, móviles, dinero, etc… Y esto contradice
con que no hay dinero para residencias de nuestros ancianos, y no hay dinero para
sanidad tanto para la atención médica adecuada como para los tratamientos
quirúrgicos o de recuperación traumatológica.
Hay un problema con la promesa de Pedro Sánchez de que va
a ayudar a todos y en todo el tiempo necesario: todavía no se han aprobado los
presupuestos generales del Estado 2025. La Constitución dice que tienen que
tener preparados y presentados al Congreso antes de 3 meses de que termine el
año, y si se llega al primer día del año siguiente, se prorrogan los últimos
anteriores ( y eso que ya llevamos prorrogados los de 2023). ¿De dónde se va a
sacar el dinero?.
Se dice que existe un fondo de emergencia dotado de casi
4000 millones de euros ( no llega a esa cantidad), y que los fondos europeos
para catástrofes son unos 1200 millones de euros ( precisamente el equivalente
a la última ayuda en dinero que Pedro Sánchez ha entregado al gobierno de
Ucrania para se siga con esa guerra de matarse entre los rusos). Todo un dinero que sale de nuestros impuestos.
Y además lo que sí que hay oficialmente es una deuda pública que ya casi se
contabiliza en un billon sietecientos mil millones de euros. De toda ayuda de
la que se hable, significa aún más impuestos para poder pagarlo, pese a que ya
estamos muy sangrados a impuestos.
Pero estas desgracias, en realidad no les preocupan para
nada a los políticos, que solo están para sus luchas por el poder y lo de
lucrarse al máximo aprovechando las instituciones públicas. Y por esto hay
tanta corrupción y tantas leyes injustas.
La Seguridad Social se creó para que fuera la solidaridad
de los españoles con el resto de los otros españoles caídos en desgracia, fuera
por enfermedad, accidente, desempleo, vejez, y también tendría que cubrir
catástrofes. Con esto todos los españoles contribuyen con esta solidaridad,
pero se ha desvirtualizado: se usa ese dinero para mantener a parásitos, para
mantener inmigrantes ilegales y sus familias, etc… Porque no se entiende que
las ayudas no lleguen a los españoles que los necesitan, pese a haber trabajado
y pagado impuestos siempre, y se las tengan que dar a inmigrantes ilegales que
no aportan absolutamente nada.
Pedro Sánchez, en vez de prometer lo que ya se prevé que
no va a cumplir, debería ponerse el mono, las botas, y el casco, y como hacia
el tenista Rafael Nadal cuando las inundaciones de Mallorca, ayudar con una
pala a quitar el barro, y así vivir el carne propia el sufrimiento que ha
supuesto para la gente afectada. Pero esto es algo de la que la gente tendrá
que salirse por sí sola.
Creo que ante unas desgracias así, una vez se supera el
stock y la desesperación, la gente aprende y se vuelve más realista, sabiendo
que no se puede esperar nada bueno de los políticos. Aprende a rehacer su vida,
a buscarse otro lugar para vivir más seguro, a buscarse otro trabajo, a volver
a empezar otra vez de cero, y a base de trabajos y constancia vuelve a salir
otra vez adelante.
Las compañías de seguros van a perder bastante dinero. Las
gentes con hipotecas tienen obligación de tener un seguro de viviendas. Y en
todo caso los que tengan seguros de vivienda, van a percibir mucho menos dinero
de lo que en realidad valen. Y en todo lo demás los límites de lo que tengan
asegurado con las compañías, sea negocio empresarial, vehículo, seguro de
salud, seguro de vida, etc…
Se habla de mucha solidaridad, pero en la España actual de
leyes tan injustas, nunca se sabe si se puede transformar en una picaresca. Por
esto la solidaridad tiene que venir del Estado, en la forma de la Seguridad
Social, que también debería de cubrir a los afectados de catástrofes. Mucha
gente se habrá quedado sin hogar, y por tanto será de la más vulnerable, que
los propietarios de viviendas vacías al no tener garantías respaldas por la
ley, no van a querer alquilar. Cosa que por otra parte al incrementarse la masa
de gente que necesita vivienda, esto hará que aún suban mucho más los
alquileres y las viviendas. Y esto contradice con que el gobierno Sánchez aloja
en hoteles de lujo a miles de inmigrantes ilegales, que se paga con los
impuestos que nos roban a todos, y aparte quiere legalizar a más de 700.000
inmigrantes ilegales, lo cual es toda una contradicción cuando pronto vamos a
ver que los servicios sociales lo van a tener bastante complicado y difícil
para ayudar a los damnificados de las inundaciones de Valencia y demás lugares
del Levante Español.
La gente tendrá que aprender por su propia cuenta de que tiene que salir adelante con trabajos y sacrificios, y desconfiar de los políticos que para nada les importan los problemas de los ciudadanos, porque solo están por las luchas por el poder y para lucrarse al máximo con las instituciones públicas, sin importarles incluso que se genere la corrupción. Si fueran políticos realmente al servicio de los ciudadanos harían buenas leyes, procurarían buenos servicios públicos, y la delincuencia sería muy castigada, sobretodo la de los propios políticos o funcionarios.
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