La Ministra Isabel Rodríguez
quiere que ha igualdad llegue al sector de la construcción, que se le considera
muy machista, y en donde solo trabajan hombres, excluyendo a las mujeres. Eso
sí: no ha obviado la penosidad del sector, al tratarse un trabajo a hacer en la
calle, en la obra, en la intemperie, haga calor, frío, o llueva.
El caso es que, como en todo,
predomina el libre mercado y la ley de la oferta y demanda, y da igual seas
mujer o seas hombre, al final se acaba contratando al mejor, que más aporta, y
más rinde, porque el trabajo de albañil es muy competitivo, y para poder ganar,
hay que trabajar de la mejor manera, y no dejar que les sobrepase la
competencia. Por esto existen los presupuestos de obras, y los trabajos a tanto
que lleva a hacer el destajo de trabajar rápido y de la mejor manera para poder
conseguir la ganancia.
La mujer tiene el
inconveniente de tener menos fuerza y menos resistencia física en comparación
con el hombre, por lo que al tratarse un trabajo muy duro, no lo hacen apta
para esta profesión.
Hay que descargar sacos de 50
kilos, montar bien el andamio ( que para esto se requieren especialistas y
comprobadores que certifiquen), poner vigas, poner bovedillas, levantar paredes
de bloques, poner tejas en las cubiertas, nivelar el hormigón que traen los
camiones-cubas, etc…., y no es nada fácil, aparte de un trabajo muy
desgastante.
No se qué empresas las
contratarían, pues se exigen a los cabrones que trabajen de peones. Además las
pocas que he visto, que pretendieron empoderarse por aquello de la igualdad y
el feminismo, no han durado prácticamente nada.
Además hoy en día se exige
tal nivel de preparación, casi al nivel de un ingeniero, y tantas normativas,
que casi te requieren los estudios de un médico o de un astronauta que tiene
que ir a la luna, y esto no atrae a nadie, y menos tratándose de trabajo tan
duro. Por esto no hay vocaciones, y lo de llevar casco, que es bueno para cosas
de peligro, para todo lo demás te acaba provocando dolor de cabeza de tantas
horas llevarlo como exige la normativa.
En el sector de la
construcción hay tantas normativas, tantas tasas en tributos, tantas
exigencias, que es un sector que no atrae. Y además ya ni siquiera tiene mano
de obra preparada, con cada vez menos profesionales que se dediquen a esta
profesión. Otra cosa son los trabajos en negro que puedas solicitar ( que es
más barato y más inteligente evitándote mogollón de complicaciones). Esto solo se
puede solucionar si los gobernantes, sean el central, el autonómico, y el
local, quitan tasas, normativas, facilitan el suelo para construcción, y
liberalizan al máximo el sector,…..entonces puedan surgir vocaciones que se
arriesguen es este tan arduo trabajo. Y al final todo es oferta y demanda,
acorde a las necesidades del mercado, y a la libre competencia en que trabajen
los que mejor lo demuestren, independientemente de ser mujer u hombre ( que hay
que demostrarlo). Pero, claro, en estos trabajos, por lo general siempre se
confía más en un hombre.
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