500 MILLONES PARA MATEMÁTICAS Y LECTURA

 

Un informe de no sé qué organización internacional concluye que la enseñanza va muy mal en España, pues no se llega a entender las matemáticas ni a comprender lo que se lee.

 Con esto, Pedro Sánchez quiere dedicar 500 millones de euros, que son mucho dinero, para resolver este problema, como si tan solo se resolviera con dinero. Y es un dinero que haría falta para otras prioridades, considerando además la enorme e insostenible deuda pública que soportamos.

 La enseñanza tiene unos problemas que yo los llamaría: familia disfuncional, docentes disfuncionales, y gobierno disfuncional.  Cada parte tiene su parte del problema que complica el funcionamiento del propósito de tener una adecuada educación. Y no se trata de más dinero y más recursos, que igualmente terminan al desagüe, sin que se perciba una mejor educación en nuestros escolares al abandonar o dejar los centros de enseñanza.

 En la edad de aprender, la educación se la tiene que trabajar uno mismo. Tener un buen maestro es una suerte muy buena, que muy poca gente afortunada llega a tener. En consecuencia hace falta el esfuerzo y la disciplina de uno mismo para tener una educación y base de conocimientos que sea práctica y de utilidad a uno mismo para la vida.

 La buena voluntad de uno mismo, las herramientas de los libros y de internet, son lo básico para adquirir una ecuación que va evolucionando y mejorando. Pues para empezar, con saber leer y escribir, ya se tiene lo indispensable para luego poder aprender por uno mismo.

 Con un gobierno que le interesa que hayan ciudadanos aborregados y adoctrinados, un colectivo docente que solo piensa en su buen sustento mensual y disfrutar de muchas vacaciones, y unas familias con problemas de disfuncionalidad, es complicado obtener la educación que sería de desear. Por esto la educación se la tiene que procurar uno mismo, y se tiene que aprender, también, a lidiar y sortear a todos los demás: gobierno, docentes, y familias que no son los ideales y ejemplares que deberían de ser.