La mala gestión de Pere Aragonés al frente de la Generalitat le ha llevado a un fuerte rechazo electoral.
Pero tiene la suerte de que haber sido presidente de la Generalitat conlleva una serie de privilegios tales como alta pensión vitalicia, personal a su servicio, oficina, coche oficial con chofer, escolta,…..y todo ello a cargo del erario público que todos proveemos con nuestros impuestos. Esto es algo que no ocurre en muchos otros países europeos.
Los actuales resultados electorales en los comicios catalanes 2024 han resultado bastante inciertos, con lo cual los partidos deberán de negociar, y hasta quizás no se pongan de acuerdo, y agotados los plazos se tengan que convocar nuevas elecciones autonómicas. Y mientras tanto el separatista fracasado del curioso apellido de Aragonés, seguirá siendo presidente de la Generalitat en funciones, hasta que tome posición del cargo el nuevo presidente que ha de sustituirle, y para esto pueden pasar varios meses con los que aprovechará el cargo sin apenas tener que hacer nada.
Y es bueno que se retire de la política, porque actualmente está formada por tal cantidad de inútiles e irresponsables, que el hecho de que se marche otro más, es de agradecer. Lo malo es la pasta gansa que se va a llevar a costa de nuestros impuestos, simplemente por haber sido presidente de la Generalitat que no ha aportado nada de positivo para el conjunto de la comunidad catalana.
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