sábado, 2 de noviembre de 2024

CONSIDERACIONES SOBRE LAS INUNDACIONES DE LA VALENCIANIA

 


Los pueblos que no aprenden de su pasado, están condenados a repetirlo. Ya había un historial de inundaciones, y parece que no se ha aprendido sobre lo qué sucede y tener listo un plan de emergencias, que se supone tanto lo tienen desde el ayuntamiento, la comunidad autónoma y el gobierno central. Con una descoordinación total ha llevado a la actual situación en la que aunque se ha hecho algo, en realidad no se ha hecho como debía de haberse hecho. Son las consecuencias de un Estado de las Autonomías, con diversidad de poderes y distintos gobiernos de distintos partidos políticos que en muchos casos están enfrentados y aprovechan para lanzarse las culpas y cargar al otro el coste tanto político como económico.

 

Lo primero es que es preciso para que esto funcione bien es un mando único, en el que se hubiera tenido que enviar a todo el ejército. Primero evaluando la magnitud del desastre y empezar rápidamente el plan de acción para movilizar el personal en los rescates, evacuación y ayuda a los perjudicados. Despejar carreteras y calles para llegar a los lugares donde poder ayudar a la gente y empezar a actuar, con palas retro-excavadoras, camiones, vehículos todo terreno con remolques, uso de helicópteros, etc… Organizando los batallones para la limpieza y rescate de los damnificados, montando tiendas de campaña o campamentos en zonas altas y seguras para atender a la gente con médicos para atender a los heridos y desinfectar heridas. Y hacer llegar el apoyo logístico de alimentos, agua, medicamentos y atención médica. Y usando la policía militar para mantener el orden e impedir los robos y otros pillajes.

 

Se tenía que movilizar a todo el ejército, pero no ha habido expresa voluntad de que así fuera. Y lo mismo el resto de fuerzas de orden público: los policías, guardias civiles, servicios de emergencias, la cruz roja, bomberos, etc… de todo el país. Pero no ha sido así, que incluso se ha rechazado ayuda extranjera como los más de 200 bomberos de Francia, los 200 rescatadores y médicos de El Salvador junto con toneladas de medicinas y alimentos, así como la ayuda de Javier Milei, a los que según informaciones, el gobierno no se ha molestado en responderles.   

 

Parece que políticamente existe un claro interés de crear malestar entre la población, y que esto se intensifique cada vez más, para tener a la gente más reprimida y controlada. En realidad detrás de esto está la Agenda 2030 de la que ya se ha quejado públicamente el famoso cantante Miguel Bosé con el tema del derribo de pantanos y la alteración artificial del clima con el rociado de humos de los aviones y las utilización de ingenierías climáticas. Algo de lo que también se están quejando muchas personalidades importantes que entienden sobre la materia como es el caso del biólogo Fernando López Mirones, y junto con muchos otros influencers como el coronel Pedro Baños o el abogado Aitor Guisasola, entre muchos otros, que se han preguntado por la destrucción de presas.

 

Lo de la dudosa pandemia del covid; el impedir que agricultores y ganaderos puedan trabajar en condiciones para obligar a comer insectos y carne sintética; el no dejar limpiar bosques, campos, y cauces de los ríos; el derribo de presas para provocar sequías, etc…, nos quieren llevar a una situación de sed y falta de alimentos, para tenerlos más reprimidos y controlados.

 

La prohibición de energías fósiles, nucleares, y de origen hidráulico con la destrucción de presas, que nos lleva a que el país funcione cada vez peor. La desmantelación de la industria, la agricultura y ganadería, y ahora del sector turístico, nos lleva a cada vez más pobreza.

 

Y luego el tema de la inmigración ilegal y descontrolada, así como consentir una delincuencia que además la protegen y que ha llevado a más robos, agresiones, y usurpación de viviendas, entre otras cosas.

 

Todo esto son una serie de cosas que derivan de la agenda 2030, que no tiene otro objetivo que llevarnos a la miseria y tenernos a todos completamente controlados, usando una mayor represión para que unos pocos desde la sombra se aprovechen de ello y retengan el poder económico, y con ello también el poder político.

 

No existe una clara voluntad política de resolver el problema de las inundaciones, que ha afectado a unas 300.000 personas, dejando a 80.000 hogares sin electricidad y sin agua, que es lo primero más básico de disponer. Y esto en una población como Valencia puede representar casi más el 30 % de la población.

 

Dado la gravedad de la situación, el Rey ha hecho un llamamiento de urgencia para buscar soluciones para la catástrofe, pero no he ha dado a conocer públicamente lo que ha sugerido el Rey ni las decisiones que ha tomado Pedro Sánchez. Se nota el interés de no hacer nada, porque esto le beneficia políticamente a Pedro Sánchez: por un lado deja muy tapados los escándalos de corrupción que afectan a su gobierno y a su familia, y por el otro le sirve para mantenerse más tiempo en el poder dada la situación de emergencia que obliga a no adelantar las elecciones.

 

Dado que los políticos no están interesados en solucionar la catástrofe, se han movilizado los propios ciudadanos ofreciéndose a ayudar a los más necesitados llevando agua, comida, mantas, palas para limpiar, etc…, cosa que por otra parte las autoridades lo han impedido.

 

Se suceden saqueos y pillajes, que muy poco hace la policía, pues ni la dejan acudir a rescatar ni a realizar labores de vigilancia, como si interesara que existiera este pillaje para crear aún más malestar.

 

De momento oficialmente hay ya más de 200 muertos, y quizás miles de desaparecidos que pronto se los darán por muertos. Al no intervenir el ejército, las fuerzas de orden, y los demás de emergencias, con centenares y quizás miles de muertos, y rodeados de lodo por todas partes, dentro de poco puede haber otro tipo de catástrofe, que puede ser una peste o epidemia que provoquen la descomposición tanto de personas como la de miles de animales muertos.

 

Hay que ir hacia las partes altas y evitar los lugares húmedos y con olores a putrefacción, así todo lo que sea sospechoso de estar contaminado, para evitar enfermarse con contagios.

 

Con el tiempo se van a limpiar las calles y viviendas, quitando todas las basuras y los desperfectos tales como coches y cualquiera de los enseres que han quedado inutilizados. Pero es muy importante que las gentes afectadas se pongan a grabar y sacar el máximo de fotos que testimonie el estado de la catástrofe de sus viviendas, las calles y su entorno, porque luego las compañías de seguros van a poner pegas para pagar el mínimo o evitar pagar, y el gobierno pronto se va a olvidar de las ayudas o las repartirá al mínimo poniendo todo tipo de trabas. Teniendo móvil es importante recopilar todo tipo de material audiovisual que sirva de prueba en los tribunales en caso de reclamaciones, porque en España lamentablemente tenemos una inmensa maquinaria burocrática muy ineficaz que pone todo tipo de impedimentos y de retrasos.

 

Por otro lado, los okupas se aprovecharán para apoderarse de las viviendas en las que sus propietarios estén ausentes por ser víctimas de las inundaciones. Con esto al gobierno le irá muy bien en su plan de ampliar la delincuencia y repartir mucho más malestar para poder crear poco a poco un poder dictatorial.

 

Mucha gente se va a quedar sin trabajo, lo que engrosará las listas del paro, los subsidios, y las peticiones de Ingreso Mínimo Vital, para poder vivir de las ayudas.

 

También mucha gente va a ver los servicios sanitarios cada vez menos accesibles, tanto por la falta de ambulatorios como de médicos donde poder dar los servicios.

 

Y los que hayan perdido su vivienda, posiblemente el gobierno los meta en contenedores, barracones ( como las conocidas escuelas de barracones), o tiendas de campaña.


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