Trato de explicar un poco el asunto del empresario Victor de Aldama, del que se le acusa de un presunto gigantesco caso de corrupción en la que se está señalando a Pedro Sánchez y a varios ministros y miembros del partido socialista, tirando de la manta sobre lo que sabe, al sentirse abandonado y atrapado en prision, y buscando que se le reduzca al máximo la pena que le va a corresponder por colaborar con la justicia.
Por un caso de un enorme fraude fiscal, Victor de Aldama había sido puesto en prisión preventiva. Pero como se ha autoinculpado ante el juez y a señalado otros cómplices y participes de diversas tramas de corrupción, el juez lo ha dejado en libertad provisional.
Ha acusado al gobierno, y ya ha ido obteniendo respuesta del gobierno tanto por boca del presidente, algunos de sus ministros, altos cargos socialistas, y los medios de comunicación afines al gobierno, que le han señalado como un mentiroso.
Pero Víctor de Aldama ha manifestado que tiene muchas pruebas, y que serán expuestas en sede judicial contra todos estos miembros del gobierno y del partido socialista que le acusan de mentiroso, y que se han lucrado en su faceta de comisionista y conseguidor.
Que caiga Pedro Sánchez, si es imputado y declarado culpable, ya conviene, entre otras cosas por el enorme daño causado contra España, como con el tema de la pandemia, los impuestos, la invasión inmigrante, la delincuencia, la inflación, vender España a los separatistas, aplicar la Agenda 2030, y ahora dejando el país indefenso ante la posibilidad de que Marruecos se apodere de las plazas de Ceuta, Melilla, y las Islas Canarias.
Si Alberto Núñez Feijóo se hace con el gobierno de España, las cosas no van a ir a por mejor ( y en todo caso podrían empeorar), porque aplicará las mismas políticas que Pedro Sánchez, en especial la Agenda 2030 y tolerar la invasión inmigrante. Creo que si gobierna VOX, con Santiago Abascal de presidente del gobierno, se podrían notar mejoras a favor de España.
Urge una educación política, para que los electores sepan bien a quiénes votan, sus propósitos, y sus programas de gobierno. Pues ya lo decía Aristóteles que quienes se niegan a participar en la política o pasan de ella, terminan siendo gobernados por los peores políticos, y con ello sufriendo las consecuencias.
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