El
pasado 25 de marzo de 2025, el puente romano de Talavera de la Reina, en
Toledo, se vino abajo por la crecida del río Tajo. Y allí, como si de un héroe
de última hora se tratara, apareció Alberto Núñez Feijóo, líder del PP,
clamando por un “Plan Nacional del Agua para España”. Su discurso suena bonito,
pero huele a hipocresía desde lejos. Porque mientras él posa para la foto entre
escombros, su partido, junto al PSOE de Pedro Sánchez, votó en Bruselas a favor
de la “Ley de Restauración de la Naturaleza” y el “Pacto Verde”. ¿Resultado? La
demolición de pantanos, sequías por falta de agua embalsada y, cuando llueve,
inundaciones imposibles de controlar. Todo porque esas leyes, en nombre de la
Agenda 2030, prohíben limpiar montes, bosques, campos y cauces de ríos. Así, la
vegetación sobrante y los restos obstruyen el paso del agua, arrastran tierra y
convierten una lluvia fuerte en una catástrofe.
Es el
colmo del cinismo. Feijóo se llena la boca con planes mientras su firma está en
las políticas que han agravado este desastre. La Agenda 2030, que tanto
defienden PP y PSOE, no solo deja España a merced de sequías e inundaciones,
sino que nos hunde en la pobreza al sacrificar recursos básicos como el agua.
¿Y ahora viene a vendernos soluciones? Por favor, que no nos tomen por tontos.
Si
queremos hablar de un partido que realmente propone algo serio, miremos a VOX.
Liderados por Santiago Abascal, son los únicos que en su último programa
electoral abogan por un Plan Nacional del Agua digno de ese nombre:
interconexión de cuencas, gestión eficiente y rechazo a las imposiciones
ecologistas de Bruselas. Basta con echar un vistazo a los programas de PSOE,
PP, VOX y Sumar para verlo claro. Mientras los demás se arrodillan ante la
Agenda 2030, VOX apuesta por una España con agua y prosperidad. Si no me
creéis, os dejo el enlace a mi blog biblioteca, donde podéis comprobarlo con
vuestros propios ojos:
La
verdad está ahí, al alcance de un clic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario