Pedro Sánchez ha quedado salpicado por la querella que ha interpuesto contra su mujer, y que un juzgado madrileño a admitido a trámite y a abierto diligencias. Lo cual le ha llevado a plantearse dimitir como presidente del gobierno el próximo lunes, o no, de lo cual ha anunciado que va a dar una conferencia de prensa. Ha dicho que necesita tiempo para pensárselo, pero que dará una respuesta. Y lo ha comunicado mediante una carta a toda la ciudadanía, que como ciudadano tengo derecho a responder.
Él considera que lo que se le acusa es un invento de la ultraderecha, como suele decir, y que salió publicado en medios de comunicación de marcada orientación derechista y ultraderechista, y que considera que es todo falso, aunque en ello se han implicado Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en lo que él considera una campaña de acoso y difamación contra su esposa y él mismo. El juez tendrá que analizar y probar el contenido de la querella.
Dice en su carta que fue Feijóo quien denunció lo de su esposa ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para Pedro Sánchez de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público. Pero esta oficina fue archivada por este organismo.
De hecho acusa a Feijóo y a Abascal de de una operación de acoso y derribo contra él en lo político y en lo personal atacando a su esposa, pero se olvida de que Feijóo se lleva mejor con el propio Sánchez, que con Abascal que es al que verdaderamente quiere derribar políticamente.
Debería dimitir porque ha mentido a todo el pueblo con lo de la amnistía, el referéndum, la subida de impuestos, la invasión inmigrante, dar todo tipo de concesiones a Marruecos, derribar pantanos que nos ha provocado una sequía y una brutal subida de alimentos, por impuestos por tener cuenta corriente y pronto por circular por carreteras, por consentir que okupas se apoderen de viviendas, la falta de respeto a las víctimas de ETA que son varios centenares tirando al millar, la desmembración de España, el apoyo a las causas de Ucrania o de Gaza contrarias a los intereses españoles, etc…
Si dimite, Maria Jesús Montero asumiría la responsabilidad máxima del gobierno, y el resto del gobierno estaría en funciones. No puede anticipar las elecciones porque la Constitución lo prohíbe hasta que no haya pasado un año desde la última convocatoria electoral, con lo cual no se pueden celebrar hasta a partir de finales del próximo julio.
Si Pedro Sánchez, todos los que le apoyaron en la investidura pueden estar nerviosos pues ya no le podrán manejar y peligra no obtener todas las peticiones que hicieron: amnistía, referéndum, condonación de deudas, etc…., porque mientras el gobierno está en funciones, no se pueden sacar iniciativas legislativas hasta que no haya nuevo gobierno. Entonces esto puede ser una maniobra para reforzar los apoyos políticos, ya que otro candidato a la presidencia, o con el adelanto de elecciones no sería tanto de conceder. También por si acaso dimite, tiemblan los miles de cargos, asesores, y funcionarios que dependen de Pedro Sánchez. Van a temblar los que viven de subsidios, los de las ONG’s, los sindicatos, la inmigración ilegal, etc….
Con su dimisión dejaría al PSOE huérfano, pues suenan como posibles candidatos a sucederle Pilar Alegría, Patxi López, que son de lo peor, y el resto de políticos socialistas carecen de suficiente carisma.
Pero sería bueno que Pedro Sánchez fuera apartado del gobierno. No se prevén otros dirigentes socialistas mejores. Y tampoco Alberto Núñez Feijóo es el más indicado, pues ya supimos sobre lo de la pandemia, las vacunas, y de que quería quitar de la circulación los coches de más de 10 años. Además sigue comprometido con la Agenda 2030, con lo cual continuaría la obra de Pedro Sánchez, y no se ha puesto en contra de la inmigración ilegal, ni los okupas, ni la delincuencia.
La cosa podría mejorar si hubiera un gobierno de coalición PP con VOX, y si no es así, el PP no tardaría en desgastarse, lo que llevaría a la posibilidad de un futuro gobierno de VOX, con todo lo que supone su programa político de la Agenda España.
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